domingo, 30 de julio de 2017

AMORES EQUIVOCADOS 7º

Capítulo 8º.

 

FIN DE SEMANA

 

A primera hora de la mañana, Raúl prepara su bolsa de viaje con lo necesario para tres o cuatro días y, con el equipaje en una mano y en la otra mano la cartera del trabajo, se despide de Marina que aún está en la cama. Este le da un beso al tiempo que le dice:

-Cuídate y no te canses mucho en el trabajo. Espero poderte dar la sorpresa que tenía preparada para hoy.

-A ver si es verdad. Llámame en cuanto llegues al hotel.

-Así lo haré, no te preocupes. Te quiero.

-Yo también te…

En ese instante le suena el móvil. Raúl contesta:

-Ya estoy saliendo de mi casa. Se dirige a su mujer: Es mi jefe que ya está esperándome. Adiós, Marina.

-Adiós, Raúl, que tengas buen viaje.

 

Dos horas más tarde.

 

Marina piensa mucho antes de llamar a Isidro. Parece mentira que le caiga tan bien después de lo desagradable que le pareció el primer día. No se puede juzgar a nadie sin haberlo tratado a fondo, solo por la primera impresión. Tal vez, ella también resultaría desagradable, como ya le dijo él cuando se conocieron en la parada del autobús.

 

-¿Isidro?

-¿Ocurre algo, Marina?

-No, nada. Solo quería saber si todavía está usted solo y si sigue en pie la invitación que me hizo anoche de salir a dar una vuelta.

-Por supuesto que sigue en pie. Estoy solo. Mi mujer me ha pedido si la dejaba ir este fin de semana con su prima a ver a sus padres. A la prima no le gusta viajar sola y su marido no está bien para acompañarla. Así que le di mi aprobación y se han ido esta mañana hace un par de horas. Estarán tres o cuatro días. Lucía se ha pedido dos días de fiesta en el trabajo.

-¿Su mujer se llama Lucía?

-Sí, ¿por qué lo pregunta?

-Por nada, solo era una pregunta tonta.

-¿A dónde quiere ir, Marina?

-Mi marido también ha salido con su jefe por asuntos de trabajo y, me gustaría ir a cenar esta noche pero a un restaurante que, al parecer tiene muy buena fama. Está en la costa a dos   horas de camino, así que si no le importa, podríamos quedar a las seis de la tarde en la gasolinera de la carretera.

-Allí estaré, no tenga duda. Primero voy a pasar por la residencia a ver a mi tío, luego haré algunos recados que tengo pendientes y a las seis nos vemos.

-De acuerdo, hasta luego.

 

Marina hizo sus labores y después de comer se fue a la peluquería. De regreso a su casa, bien peinada y maquillada perfectamente, se cambió de ropa y, aunque sencilla, estaba elegantísima, pues tenía buen tipo y era muy guapa. Cuando Isidro la vio bajar del taxi, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Marina era mucho más bonita de lo que él había podido contemplar en el trabajo. Salió de su coche y fue en su busca ofreciéndole su brazo.

 

-Marina, está usted guapísima.

-Gracias, Isidro.

Él abre la puerta del coche y le ayuda a subir y le pone el cinturón. Después se sienta al volante y pregunta:

 

-¿A dónde vamos, bella dama?

 

Ella saca un papel de su bolso y le da una dirección. Él pone el coche en marcha y sonríe.

 

-Esta noche voy a ser el hombre más feliz del mundo, presumiendo de una hermosa mujer a mi lado. ¿Qué te parece si nos tuteamos?

-Está bien, pero no creas que esta aventura de esta noche va a significar algo en nuestras vidas.

-Bueno, eso nunca se sabe. Las cosas comienzan por poco y luego…

-No, no te hagas ilusiones. Lo de esta noche es algo especial… Quiero dar una sorpresa a una persona, nada más.

-¿Sabes, Marina, lo que he visto cuando venía hacia aquí?

-Pues no, no sé lo que has podido ver.

-Pues he visto a la prima de mi mujer que iba cogida del brazo de su marido. Iban bien arreglados y él se le veía buen aspecto.

-O sea, que tu mujer te ha mentido, ¿no es eso?

-No sé dónde está, pero que me ha mentido, de eso no hay duda.

-Tú sabes que la mentira tiene las patas muy cortas y que se coge más pronto a un mentiroso que a un cojo.

-¿Sabe qué digo yo? Que haga lo que le salga de… las narices. Es más desagradable que un limón podrido. El día que está bien, todo va bien, pero como se le tuerza algo no hay quien le aguante.

Yo le canto una coplilla que dice así:

A la reina del vinagre

Le voy a hacer una corona,

Con racimos de uva verde,

Pámpanos de parra y hojas.

 

-Y ella ¿qué le dice?

-Ni se inmuta. Se lo toma todo a cachondeo.

-Claro, como tú eres el gracioso… jejeje.

-Así me llama la gente que me conoce. Mira, esto era un borracho que llega a su casa y cuando lo vio su hijo le dice: Bonita borrachera llevas, papá. Y el padre le contesta: pues seguro que tu madre le encuentra algún defecto.

Luego hay otro borracho que llega a su casa a las cinco de la mañana y llama a su mujer: ¿María…? ¿María…? ¿Quieres que te joda? Ella le contesta: bueno, lo que quieras. Pues levántate y hazme una tortilla de patatas.

-Qué gracioso el borracho. ¡No soporto a un hombre bebido! –Dijo ella sonriendo.

 

Llegaron al lugar, indicado por Marina, a la hora clave.

 

Piedad Martos Lorente

 

7 comentarios:

Piedad dijo...

Bueno, hemos llegado al capítulo 8 aunque figure en el título el número 7. Despistes que siempre hay alguno y, más cuando no se ve, jejeje.
¡Os espero!

Para todos y todas que se paren a leer, dejo un abrazo muy fuerte cubierto de gratitud y el placer de leer vuestros comentarios.

Hasta dentro de dos semanas.

CHARO dijo...

Me temo que se van a llevar terrible sorpresa en el restaurante pero habrá que esperar al próximo capítulo.Besicos

Conchi dijo...

Estoy impaciente Piedad, opino como Charo, creo que habrá cuadro en el restaurante.

Besos.

isam dijo...

A esperar, el próximo capítulo para ver la sorpresa.
Besos.

Recomenzar dijo...

descubrirte
un placer
volveré por más un abrazo

joaki007 dijo...

Tu historia es fantastica y la "tensión" se lleva dentro...

Un placer siempre leerte .

Por aqui el calor hoy ha seguido fuerte ...bueno ,ahora estamos a 30 grados y son las 20:40...

Un beso.

Conral dijo...

A Isidro además de contar chistes le gusta componer poemitas, jeje. Qué arte!
Bueno, bueno, qué intriga. Me gustaría estar en ese restaurante!
Un abrazo
Conchi